Entrevista al Dr. Barudy en el Boletin del Consejo Nacional de la Infancia

Entrevista al Dr. Jorge Barudy en el Boletin del Consejo Nacional de la Infancia de Chile sobre el maltrato infantil. “La violencia de las violencias es la falta de afecto, de cariño, las carencias educativas”

Reconocido en el mundo como eminencia en maltrato infantil, hoy Jorge Barudy, médico, neuropsiquiatra, psicoterapeuta y terapeuta familiar sistémico, divide su tiempo entre España, Chile, sus libros, la academia y la formación de especialistas.
 
Nacido en Villa Alemana, optó por ser médico rural en el sur del país y luego en dictadura fue encarcelado y  brutalmente torturado.  La protección de la Cruz Roja Internacional le permitió  salir al exilio con su familia e instalarse en Lovaina, Bélgica. Desde ahí en adelante su vida y estudios se han centrado en el maltrato infantil en la forma de revertir sus consecuencias y en la importancia de la resiliencia como “la capacidad del ser humano de no dejarse determinar por la experiencias traumáticas e incluso aprender de ellas”.
 
Hoy, cuando fue aprobada en el Congreso la ley que tipifica el delito de maltrato contra niños, niñas y adolescentes, cuando Chile busca un cambio cultural  para disminuir las dramáticas cifras donde siete de cada diez niños confiesa haber sido maltratado, conversar con el psiquiatra Jorge Barudy cobra mucho sentido.
 
 
¿Qué efectos tiene sobre niños y niñas el maltrato?
 
Las investigaciones a nivel de las neurociencias, de la genética molecular y sobre el apego demuestran que la mente se organiza, no solo por el material genético, sino también por la calidad de las relaciones interpersonales. Evidentemente, cuando estas relaciones personales son maltratantes, todos los trastornos en el desarrollo de la mente y en la forma que esta se expresa a través de conductas, creencias y  trastornos emocionales afectivos son posibles, entonces por eso es que es tan nocivo este tema.
 
¿Cómo se puede superar desde las políticas públicas?
 
El día en que aquellos que generan políticas públicas integren que uno de los ejes fundamentales  para el desarrollo sano de la humanidad es que todos los niños y niñas tengan derecho a ser bien tratados, a tener cariño, estimulación, a ser los sujetos más importantes de un sistema social y cuando el fundamento principal del funcionamiento de un Estado sea éste, vamos a poder tener no sólo niños y niñas más sanos sino seres humanos adultos más sanos.
 
¿Qué significa ejercer hoy el rol de padres en Chile?
 
Vivimos en un mundo donde la cultura de mercado y el modelo neoliberal son dominantes. El dolor de mi generación es que este país, no solo vivió la tragedia de una dictadura violenta y horrorosa donde se cometieron los crímenes más terribles, sino que de eso quedó un modelo económico fundamentado en una cultura donde las personas valen poco. Lo que importa es el dinero. Aunque hoy la violencia no es dictatorial hay otra, la financiera, dónde los que mandan en este país como en la mayoría de los países del mundo son los grandes capitales. Entonces esta violencia impone un modelo de vida, donde ser un padre o una madre cercana a sus hijos es un gran desafío, porque los niños y las niñas necesitan tiempo, necesitan que los padres los cuiden, estimulen, protejan y eduquen. Y hoy el  sistema obliga a priorizar otras cosas y eso es terriblemente doloroso. Entonces, los padres que están con sus hijos, que les enseñan cosas, que salen a jugar al parque son revolucionarios, son subversivos en relación a la cultura dominante y afortunadamente existen, eso es esperanzador.
 
Y en esta sociedad tan compleja ¿qué efectos tiene en niños, niñas y adolescentes vivir situaciones de violencia o maltrato?
 
La violencia de las violencias es la falta de afecto, de cariño  y las carencias educativas. La violencia hoy día, la más preocupante es como la propaganda o políticas de marketing influencian la  formación de la personalidad y los niños aprenden de muy pequeños a desear y no a ser solidarios y compartir y están de alguna manera manipulados, eso es un maltrato social, que depende de la estructura social.
 
Lo otro doloroso es el maltrato  intrafamiliar, cuando los padres y las madres no tienen la oportunidad de desarrollar capacidades para criar a sus hijos y cuando al mismo tiempo fueron afectados por experiencias muy  traumáticas que no pudieron resolver, las relaciones que van a ofrecer a sus hijos y a sus hijas, pueden ser muy maltratadoras a nivel físico, psicológico  y los casos más terribles, que impactan más son padres y madres que abusan sexualmente de sus hijos.
 
¿Y cuáles serían los efectos del maltrato en la adultez?
 
Primero que nada, la violencia reproduce la violencia. Y para decirlo de una forma más esquemática la violencia produce la interiorización de comportamientos que hacen daños a los demás, la identificación hacia los agresores, la valoración positiva a la violencia física, la manipulación psicológica, el no tener respeto al otro y no controlar la pulsión sexual son las consecuencias, y las otras consecuencias es hacerse daño así mismo.
 
Hoy día nuestra postura es bastante radical, cuando hablamos de psicopatología – este es un mensaje para mis colegas psiquiatras, psicólogos, médicos y profesores- de trastornos de conducta y déficit atencional, tenemos que tener mucho cuidado porque es un daño que al niño le hicieron en su historia vital, o algo que le pasó  y no fue de alguna manera protegido. En este sentido hoy emerge todo un paradigma rupturista con todo esto de culpar al niño de sus trastornos, medicarlo al extremo, ponerle una etiqueta, en vez de determinar cuáles son los factores que existen en los contextos familiares y sociales que por el estrés, dolor y daño que producen, desorganizan la mente y que se expresa por toda esta sintomatología.
 
¿Y cómo se expresa?
 
Esta va desde dificultades de aprendizaje, dificultad para respetarse a sí mismo y a los otros, que implica trastornos de ansiedad, que implica una crisis importante en la adolescencia y la juventud de no encontrarle un sentido a la vida, de no tener un camino para construir algo para sí y  para los demás, entonces el daño es importante se dice que el mayor número de problemas que enfrentan hoy los niños y los adolescentes es consecuencia de la ausencia de buen trato y las experiencias de mal trato, no solamente vividos.
 
"Experiencias en psicotraumatología han demostrado que un niño que es testigo de violencia, como los hijos e hijas de mujeres que son víctimas de violencia, desarrollan cuadros psicopatológicos importantes, incluso cuando el padre no los agrede a ellos sino son testigos de las agresiones hacia sus madres"
 
¿En qué medida es posible revertir las consecuencias del maltrato en un niño, niña y adolescente?
 
Las  posibilidades existen porque la naturaleza ha sido muy generosa con la especie humana, nos ha dado un cerebro que tiene una gran plasticidad estructural y con una fuerza de auto organizarse mientras los estímulos del entorno lo permitan.
 
Si los contextos de los niños no cambian ellos seguirán dañándose, pero si se les ofrecen guarderías, escuelas y barrios con contextos amorosos y de estimulación, es posible. Con mi esposa hemos trabajado 20 años para crear una metodología reparadora del daño producido por  los contextos de violencia que ha adquirido renombre internacional es la trauma terapia infantil sistémica, que considera primero que los trastornos son en un 99% de origen traumático y lo segundo es crear metodologías adaptadas para superar las consecuencias de estas experiencias.  La enseñamos en España y Chile, el problema es cuál es la inversión del Estado para que estas metodologías estén al alcance de todo el mundo.
 
¿La resiliencia favorece para que estos efectos del maltrato disminuyan o desaparezcan?
 
Este es un concepto moderno que puso nombre a una capacidad de los seres vivos que siempre ha existido. Es la capacidad de enfrentar las adversidades, incluso experiencias  traumáticas, de no dejarse determinar por ellas e incluso aprender de estas situaciones.
 
La resiliencia es una producción social  y emerge por ejemplo cuando a un niño se le ingresa en una institución del Sename  y se le proporciona relaciones interpersonales, comprensivas, afectuosas, que les ayuden a reconocerse afectados por una injusticia, que se les da apoyo social, y se le ofrece una trauma terapia  para enfrentar el daño, ahí aparece la resiliencia. Pero si la gestión del sufrimiento de los niños se convierte en administrativa y en llenar papeles, perdemos la posibilidad de promover resiliencia en niños y niñas.
 
¿Es posible el cambio?
 
Cuando a un niño muy dañado se le ofrecen oportunidades como las que se describen es posible el cambio y su rehabilitación, además mientras no estemos muertos nuestro cerebro tiene capacidad de organización mientras los estímulos sean los adecuados.
 
¿Cómo pueden los padres y madres desarrollar las competencias para ejercer su rol y educar bien a sus hijos?
 
Lo más importante es que los padres tengan apoyo, nosotros hemos plasmado nuestras experiencias en nuestros libros, el último libro que escribimos es la “Inteligencia maternante”, se refiere a cómo desarrollar las capacidades en madres y padres, porque los hombres podemos tener las mismas capacidades de las madres.
 
Es evidente que cada niño que sufre por maltrato tiene derecho a que hagamos algo por sus padres o sus madres.  A través de las investigaciones hemos ido entendiendo que los que dañan a sus hijos tuvieron falta de oportunidades, no pudieron hacerlo mejor con los traumas de su propia infancia.
 
¿Qué le parecen las actuales políticas públicas en torno al maltrato infantil y cuáles son los desafíos pendientes?
 
Yo soy muy respetuoso de los esfuerzos, soy testigo de los esfuerzos que se han hecho en Chile, pero es insuficiente. Qué sacamos con legislar sino aportamos los recursos para desarrollar las políticas públicas. Qué se saca con nuevas leyes espectaculares pero que no van con los recursos suficientes, por qué las Fuerzas Armadas no entregan el 30% de su presupuesto para poder desarrollar estos programas y concretizar estas ideas maravillosas que están en las leyes. Esta incongruencia no solo ocurre aquí sino en muchos países, incluso en los que tienen muchos recursos en que se legisla para proteger a la infancia, a las mujeres víctima de violencia, incluso se hacen leyes que penalizan. La pena es interesante como un  encuadre para por lo menos decir que esto no es bueno, pero esto no resuelve el problema. Probablemente sería peor que no hubiese leyes y es bueno porque permite la reflexión y discusión pública. Pero cuidado con el populismo progresista y promover leyes que no van sustentadas por los recursos.
 
Aportar recursos para la infancia es el trabajo de toda la comunidad, no estoy culpando a los políticos de turno ni al sector que administra hoy el Estado, es responsabilidad de todos los  miembros de la comunidad.
 
¿Cuál debería ser el papel del Estado para crear condiciones favorables para niños, niñas y adolescentes?
 
Siempre esperamos en cada cambio de gobierno que la política pública que beneficia a  la infancia, siempre sea la principal,  la número uno. Esperamos que se produzca un cambio de mentalidad, de cultura donde la infancia sea lo más importante para la humanidad. Entonces a partir de ahí se llegue a un consenso y  se promueva el buen trato infantil, y el apoyo a los padres y sobre todo a las madres, porque la mayoría de las veces son las mujeres las que sacan adelante a sus niños y niñas (abuelas, madres y tías) y la “manada de hombres buenos”, porque esos existen también.  La idea es lograr programas  donde se promueva el buen trato, programas reparadores que ofrezcan apoyo a padres y madres, porque los resultados son espectaculares, son esperanzadores.